Hay que remontarse al siglo XII, la Saraqusta musulmana de 1118 ha sido conquistada por Alfonso I "El Batallador". Tras su muerte en 1134 y con apenas unos pocos años desde que fue tomada la ciudad, ésta corría el riesgo de caer de nuevo en manos musulmanas.
En estos momentos aparece la figura de Alfonso VII, el rey de León y Castilla, que bajo la excusa de la defensa de la ciudad aunque movido por intereses económicos y políticos, y aprovechando el desconcierto del reino aragonés que en ese momento estaba más interesado en encontrar un nuevo monarca, entró en la Zaragoza cristiana reclamándola como soberano.
Se elig como monarca a Ramiro II “El Monje” llamado así porque pertenecía al orden clerical. Dos años después Ramiro y Alfonso llegaban un acuerdo por el cual el castellano devolvía al primero la ciudad a cambio de compensaciones económicas y del matrimonio entre sus hijos. A cambio Alfonso cedía uno de los símbolos de sus reinos, el León, la cual lo tomó como símbolo manteniéndolo hasta la actualidad.
Durante la Guerra de la Independencia la ciudad de Zaragoza, el ejército español y los zaragozanos sufrieron dos duros sitios por parte de los ejércitos franceses de Napoleón. El primero de ellos duro del 15 de marzo de 1808 hasta el 14 de agosto en el cual, una pequeña guarnición militar, pero sobre todo la defensa y el heroísmo de numerosos habitantes de la ciudad permitieron derrotar al ejército francés causándole casi 4.000 bajas. Por este y el segundo sitio, en los años venideros se le otorgó a la ciudad los títulos de Inmortal, Muy Noble, Muy Leal y Muy Heroica.
En 1833 moría Fernando VII y empezaba la que se ha llamado la primera Guerra Carlista entre los seguidores de su hija Isabel de política liberal y los defensores del Antiguo Régimen y del pretendiente Carlos, hermano de Fernando. Durante el transcurso de la guerra, la noche del 5 de marzo de 1838, las tropas carlistas intentaron entrar en la ciudad, siendo rechazados por los propios ciudadanos “armados de cuchillos, utensilios de cocina o de agricultura”. Este hecho le valió un nuevo título a la ciudad el de Siempre Heroica acompañado de una corona de laurel para enmarcar el escudo, que posteriormente se convirtió en una corona hibrida de palma y laurel.
El último de los títulos se dio a la ciudad por los hechos acontecidos en 1855. Ese año se desató en todo el país un nuevo brote de cólera que afectó duramente al interior peninsular afectando a uno de cada 19 españoles. La labor benéfica del vecindario durante la epidemia permitió que un año después la regente María Cristina, viuda de Alfonso XII, otorgara un nuevo título, el de Muy Benéfica.
Descripción heráldica del escudo de la ciudad de Zaragoza
En un campo de gules (rojo) un león rampante de oro (amarillo o dorado), lenguado, uñado, armado y coronado del mismo metal (color);
El timbre corona real, abierta y sin diademas que es un círculo de oro, engastado de piedras preciosas, compuesto de ocho florones, visibles cinco, interpolados de perlas. El todo rodeado por una corona formada por dos ramas una de laurel y otra de palma, con una cinta cargada de las iniciales de los títulos concedidos a la ciudad, Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica, Muy Benéfica, Siempre Heroica e Inmortal
La corona real abierta es la forma que tenía la antigua corona real aragonesa, usada hasta el siglo XVI, se emplea con mucha frecuencia en la heráldica de entidades territoriales menores, municipios y provincias de la Corona de Aragón.