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Se trata del emblemático Paseo de la Independencia. La imagen está tomada desde la plaza de Aragón, al fondo está la Plaza de España, a la derecha se distinguen el edificio de Correos y el de Telefónica. Como elemento destacado en la imagen antigua que no se encuentra en la actual, es el monumento que se erigió en memoria de tres funcionarios municipales asesinados el 23 de agosto de 1920: el arquitecto José de Yarza y de Echenique, el ingeniero César Boente y Álvarez y el escribiente Joaquín Octavio de Toledo y Errazu.
El suceso acaecido el 23 de agosto de 1920, fue el lamentable desenlace de una huelga de electricistas, iniciada cinco días antes, secundada por el personal encargado de encender y apagar el alumbrado público de las calles. La negativa de los operarios de la empresa contratista provocó una situación difícil y de gravedad, dado que el frágil sistema eléctrico que alumbraba las ciudades no podía soportar que las farolas estuvieran encendidas permanentemente día y noche. Un 40% de las bombillas se habían fundido y la red tenía averías motivadas por su prolongado encendido. Ante la negativa del cuerpo de bomberos, en solidaridad con los huelguistas, y la nula colaboración ciudadana, las noches en la capital aragonesa se estaban convirtiendo en una amenaza para la seguridad. Una serie de funcionarios encabezados por el arquitecto municipal José de Yarza y el ingeniero César Boente, con sus respectivos escribientes, entre ellos Joaquín Octavio de Toledo, se encontraban en el paseo de la Independencia arreglando los desperfectos del alumbrado, sustituyendo las bombillas fundidas, cuando un hombre, identificado posteriormente como perteneciente al movimiento anarquista, realizó tres disparos, quedando sin vida los cuerpos de los tres funcionarios.
Actualmente el monumento se encuentra en la glorieta del Paseo de la Constitución, a la altura de las calles Isaac Peral y San Ignacio de Loyola
