Una habitación propia, maríaconfussion nos propone su espectáculo.

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Una habitación propia, maríaconfussion nos propone su espectáculo.

maríaconfussion nos propone su espectáculo

Este espectáculo es el sencillo homenaje que maríaconfussion quiere ofrecer a la escritora Virginia Wolf y a su imprescindible libro Una habitación propia.

El teatro, el movimiento escénico dirigido por Arantxa Azagra, el lenguaje audiovisual creado por Javier López y la música de maríaconfussion colaboran en la creación de un espacio situado entre el pasado y el presente; de inicios del siglo veinte a hoy.

En el Centro Cívico Teodoro Sánchez, en la Plaza Mayor, 2, el sábado 1 de junio a las 18,30 h.

maríaconfussion "Una habitación propia"

Para escribir novelas, una mujer debe tener dinero y un cuarto propio, nos decía Virginia Woolf allá por 1928. Virginia, con su equipaje de árboles, de pájaros y de sombras, atravesó un mundo en el que las mujeres habitaban trajes estrechos. ¿Les he comunicado con el necesario rigor las amonestaciones y la reprobación de los hombres?. Nos pregunta. Y sí, Virginia Woolf, con amenidad y sentido del humor, con esa ironía que nace de la inteligencia, nos dibujó con exactitud la situación de la mujer en su época en unas conferencias que impartió sobre el tema La mujer y la novela, y que luego plasmó en el libro al que hacemos homenaje: Una habitación propia.


Pero las palabras de Virginia han caminado hasta aquí, y no sólo las escuchamos, también queremos compartirlas. Así, hemos abierto un túnel, desde 1928 hasta hoy. Dos mujeres, una escritora y una cantante, unidas por su equipaje de palabras, la una heredera de la sensibilidad de la otra, unidas por su deseo de expresar aquello que todavía hoy es importante decir, porque las palabras de Virginia siguen vigentes, y son necesarias, porque aún quedan aristas que limar, muros que derribar, puertas que abrir. Y por eso unimos el teatro, el lenguaje audiovisual y la música para darnos la mano con Virginia.
Démosle otros cien años, démosle una habitación propia y quinientas libras al año, dejémosle decir lo que quiera y el día menos pensado escribirá un libro mejor.

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